Diseño franquiciable para restaurante y tienda gourmet

Localización: Franquicia

En b+t arquitectos entendemos que el proceso de elaboración de un proyecto es una labor dinámica e interactiva en la que cliente y arquitecto van dando forma al resultado final. La arquitectura que mejor responde a las necesidades de un cliente siempre es fruto de un diálogo muy cercano con él. En la siguiente entrada mostramos un ejemplo real de esta forma de trabajar.

El comienzo

El cliente se presenta con una idea; crear un local con una imagen propia, reconocible y exportable a diferentes lugares para crear una red de restaurantes taperías. No se establecen más condicionantes que un escueto programa y aforo que debe tener como mínimo el local. Dos conceptos destacan de entre el resto: la idea de local con cocina expuesta que de muestra de la calidad del trabajo que se desarrolla y la existencia de un espacio de venta, a modo de tienda, de los productos que se cocinan en el local. Esta primera propuesta viene a dar respuesta a estas inquietudes y, mediante el empleo de materiales nobles y líneas simples, se establece una clara secuencia "tienda - cocina/tapería - restaurante".

El desarrollo

La primera propuesta, para este tipo de trabajos, busca abrir nuevos campos en la mente del cliente que enriquezcan el diálogo más que establecer soluciones definitivas. Colocarnos en el mismo punto de partida para, desde ese punto, desarrollar conjuntamente el proyecto.

En este caso, tras este primer contacto, se pone especial énfasis en la calidez del local. La respuesta la encontramos en los materiales utilizados; ladrillo cerámico para paramentos verticales, madera para suelo y techo y material textil para muebles y cortinas. La cocina, corazón del local, se destaca del conjunto mediante un juego cromático y de iluminación. Los materiales y la iluminación crean una imagen representativa, fácilmente trasladable a otros locales.

El juego de materiales establecido en el interior se traslada también a la fachada, al tiempo que se introduce un nuevo material, acero corten que, por sus peculiares características, sirve de elemento definitorio.

Durante el proceso de creación se va concretando, por el cliente, el programa inicial, introduciendo pequeños cambios que sirven para testear la capacidad de adaptación de la imagen a nuevas solicitudes. Se pide incluir un puesto de venta directamente a la calle y, finalmente y ante la comprobación en otros establecimientos, se decide cerrar la cocina del espacio de mesas con un vidrio para controlar los posibles problemas de olores.

Este proceso continúa hasta alcanzar un resultado satisfactorio por ambas partes.

Finalmente, esta imagen es trasladada a un nuevo establecimiento, una tienda, con unas solicitudes totalmente distintas. Los materiales y el mobiliario trasladan la imagen, integrando el local dentro de la red de marca.