Situado en el espacio existente entre la actual piscina climatizada y el río Arnoia se plantea la necesidad de desarrollar unas nuevas instalaciones para el club municipal de piragüismo. Se propone la conservación de los antiguos vestuarios (volumen del fondo) como medida de reciclaje y ahorro en instalaciones. También se busca una gran flexibilidad que haga que el edificio no solo funcione como sede del club, si no que le permita a su vez ofrecer servicio a una gran variedad de actos puntuales ajenos a esa actividad y dar, en verano, un servicio complementario (baños, vestuarios) en una zona que goza en esas fechas de gran afluencia.
El edificio se articula en tres volúmenes: uno para los ya mencionados vestuarios (ya existente), otro, más amplio, para alojar los diferentes usos del edificio, y un tercero (el hall de acceso) como nexo de unión entre ambos y puerta principal de acceso al río. Los tres volúmenes articulan un patio, de carácter más reservado pensado como punto de acceso y lugar de reunión cotidiana para los usuarios del club. La configuración de las cubiertas busca adaptarse a la imponente arquitectura de la piscina, en constante diálogo con ella.
La utilización de elementos correderos, así como persianas y un sistema especial de almacenaje de piragüas, permiten aislar y abrir, según convenga, determinados espacios del edificio, dotándolo de una gran flexibilidad para albergar distinto tipo de funciones y actividades que se desarrollan a las orillas del río.
Los nuevos volúmenes se elevan sobre el terreno, separándose de este, como medida de protección frente a eventuales subidas del río y como medida higiénica para un edificio en el que se prevé gran cantidad de humedad. Los materiales juegan un papel importante, estableciendose un diálogo fluido y sin complejos entre todos ellos.
El edificio se articula en tres volúmenes: uno para los ya mencionados vestuarios (ya existente), otro, más amplio, para alojar los diferentes usos del edificio, y un tercero (el hall de acceso) como nexo de unión entre ambos y puerta principal de acceso al río. Los tres volúmenes articulan un patio, de carácter más reservado pensado como punto de acceso y lugar de reunión cotidiana para los usuarios del club. La configuración de las cubiertas busca adaptarse a la imponente arquitectura de la piscina, en constante diálogo con ella.
La utilización de elementos correderos, así como persianas y un sistema especial de almacenaje de piragüas, permiten aislar y abrir, según convenga, determinados espacios del edificio, dotándolo de una gran flexibilidad para albergar distinto tipo de funciones y actividades que se desarrollan a las orillas del río.
Los nuevos volúmenes se elevan sobre el terreno, separándose de este, como medida de protección frente a eventuales subidas del río y como medida higiénica para un edificio en el que se prevé gran cantidad de humedad. Los materiales juegan un papel importante, estableciendose un diálogo fluido y sin complejos entre todos ellos.
