Centro sociocultural en A Chapela

Localización: A Chapela, Redondela

A la hora de proyectar el centro sociocultural en A Chapela se tomaron en cuenta varios factores como punto de partida:

La envidiable posición de la parcela, directamente sobre la ría de Vigo, plantea como primordial la relación del edificio con el entorno. Como consecuencia de ello, los diferentes volúmenes del equipamiento buscan abrirse al mar con potentes ventanales. El edificio se ha proyectado como una serie de focos que trantan de proyectarse sobre el paisaje, extendiendo el interior sobre el entorno.

El hecho de que el solar esté excavado en la montaña sugiere la idea de cueva proyectada al exterior. Desde un principio se quiso jugar con potentes elementos macizos "emergidos" de la tierra. Se ha buscado un lenguaje escultórico de contrastes entre lo pesado y lo ligero (con el uso de grandes volúmenes de hormigon y superficies de vidrio).

El interesante camino que baja desde el pueblo hasta el mar tocando la parcela, resultaba un elemento muy sugerente que debía de ser potenciado. El edificio deja de tomar una configuración únicamente frontal apareciendo el espacio posterior, aquel lugar al que llegan las personas que bajan del pueblo. Se crean por tanto dos entradas principales cosidas por el vestíbulo central, un espacio acristalado a doble altura que actúa como nexo entre el mar y la montaña.

Desde un inicio se planteó el proyecto como una pieza capaz de generar un espacio urbano; en consonancia con el punto anterior, se buscó evocar la imagen de calle en el mencionado espacio posterior. Una callejuela de villa marinera o casco histórico capaz de sorprender por su variedad de espacios y geometrías. A través de dicha calle el proyecto se percibe como una serie de edificios independientes que encuentran su relación bajo los pies del viandante. Se han buscado los contrastes entre los diferentes volúmenes, usando geometrías y texturas que enriquezcan la diversidad espacial de la secuencia urbana creada.El hecho de enterrar parte del edificio en el terreno planteó la necesidad de generar un mundo de patios interiores sobre los que se vuelcan los diferentes espacios de la planta inferior. Se vuelve a la idea de contraste entre los potentes volúmenes y la superficie ajardinada que rompe toda continuidad.Un centro sociocultural debe ser flexible a la hora de albergar unas funciones que pueden variar con el paso del tiempo. Por ello, se han planteado una serie de espacios "mutables", que pueden ser abiertos o cerrados, cambiando las prestaciones de edificio según las necesidades del usuario. Mediante el uso de superficies correderas se pueden conseguir grandes espacios e incluso abrir la fachada frontal sobre el exterior.