Museo de toro enmaromado

Concurso. Localización: Benavente


La imagen de un lugar, su identidad, es un valor fundamental para cualificar un espacio urbano. A nuestro juicio la parcela presenta suficientes elementos capaces de generar esta imagen, esta identidad. Elementos que una vez regenerados crearán por si mismos un espacio de calidad que resulte familiar a sus usuarios. En este sentido la decisión estaba clara; se propondrá una rehabilitación del edificio y una sutil adecuación del entorno urbano que lo rodea, confiriéndole el estatus de elemento de referencia.

Función

Se entiende el edificio como un contenedor del material museístico. la envolvente albergará un espacio diáfano que permita una configuración flexible de sus contenidos. El espacio al servicio de la función. El programa se puede dividir en dos partes principales; el área expositiva (permanentes, temporales, audiovisuales) y el área de consulta y servicio al museo (administración, archivo, almacén). Estos últimos al ser de configuración más cerrada se llevarán al semisótano mientras que los espacios de exposición, más amplios y representativos, se llevarán a las plantas superiores, escalonadas alrededor del núcleo de ascensor, que vertebra el conjunto.

Finalmente se debe mencionar el espacio urbano como una parte elemental del funcionamiento del museo. la plaza convergerá con el edificio en el área de entrada asoportalada frente a la cual se extiende el “teatro”, un espacio óptimo para realizar actividades al aire libre.

El espacio urbano

Es espacio público en el que se integra es el primer elemento de puesta en valor de un edificio. La estrategia urbanística será clara; intervenir lo mínimo en la configuración volumétrica de la manzana aprovechando en la mayor medida posible los vacíos urbanos que se nos presentan. Se plantea una regeneración del lugar tomando dos direcciones: la rehabilitación y puesta a punto del elemento de referencia e identidad que sirva de reclamo para la zona (el museo en si) y la reestructuración del vacío existente transformándolo en un espacio peatonal que invite a la estancia y a las actividades vinculadas a el. dicho espacio será el elemento que una al museo con la ciudad.

El espacio

Entendido el proyecto como un recorrido ascendente, una “promenade”; el espacio interior se muestra como un continuo a medida que se sube y vamos descubriendo el museo. La espacialidad se va dilatando, aumentando en escala y en perspectivas, descubriendo puntos de vista que recompensan el trayecto realizado. El resultado es un museo que descubre, tras sus contundentes muros de ladrillo, un espacio fluido y repleto de matices, una experiencia en si misma, un recipiente de historias e imágenes.

Luz

La luz es uno de los elementos más importantes de la arquitectura ya que se trata del primer habitante de un edificio. La luz determina como se percibe un espacio y por tanto marcará la experiencia del usuario. Se prestará especial atención pues, al papel que tendrá la luz en el museo, dotándolo de una imagen cambiante según la hora en la que se visite. El resultado será un contraste entre luz natural y artificial siempre matizado por las celosías de madera.

Materialidad

El museo se puede entender como una superposición de capas, cada una de las cuales responderá a la lógica de los materiales que la conformen;
basamento: de monolítico hormigón, surgirá del terreno como sustento de la estructura.
envolvente: el muro de ladrillo como imagen y abrigo del edificio. huella e icono.
estructura: esqueleto de acero modulado que establece el ritmo y el orden del edificio.
paramentos: acabados que introducen la calidez de la madera y permiten crear efectos de tamiz.
luz: el material más importante, vertebrador y cualificador de todo el espacio.