En los últimos años hemos visto nacer, crecer y
reproducirse hasta el
hartazgo un nuevo modo de proyectar. Las ciudades se han llenado de gigantescos edificios con gigantescos presupuestos
concebidos de una misma manera, lo que nosotros definimos como la teoría del queso y el ratón
gafapasta.

Como es de esperar, el método
proyectual basado en la teoría del queso y el ratón
gafapasta, comienza con un queso y un ratón con gafas de pasta. Las dimensiones del queso le vienen impuestas al ratón por la disponibilidad de leche ($$$).
El ratón
gafapasta examina el queso y

selecciona las porciones más tiernas. Pudiera ser también que en su estudio tuviese en cuenta cuestiones como la exposición al viento, la humedad del ambiente o la incidencia del sol sobre el queso para su mejor
conservación, pero sospechamos que su único interés es el de saciar su propio apetito.
El ratón
gafapasta se llena la barriga con las porciones de queso tierno. La post-
ingesta es una parte de gran
desarrollo intelectual y reflexión.

Un ratón común terminaría en este punto su trabajo, pero el ratón
gafapasta no es un ratón común. Su misión es la de levantar edificios y, como todo el mundo intuye pero solo el ratón
gafapasta sabe, los edificios se dividen en plantas. De este modo, y tras un complejo
fileteado, pasará de ser un simple queso a medio comer a ser un nuevo edificio
icónico ganaconcursos.

Con el apetito saciado y la barriga llena el ratón
gafapasta parte en busca de un nuevo queso, con la
esperanza de que sea aún más grande que el anterior.